A fin de año nos proponemos siempre mil cosas para el año que viene y al final, terminamos en Pampa y la vía recordando el 31 de diciembre del próximo año aquellas promesas rotas que quedaron atrás.
Yo creo que tener proyectos y pensar en un futuro mejor siempre es algo positivo…cuando no esperamos que el futuro se cree solo y que tenemos tiempo para hacer dos mil cosas que no hicimos nunca. Así que les prepongo tres ideas para minimalizar esta presión de proyectos para el próximo año y sentirnos un poquito más leves si no llegamos con todo al 31 de diciembre del año siguiente.
Y si estás escuchando esto en cualquier otro momento del año, todo esto también se aplica.
1- Recordá que tu tiempo es limitado.
No me quiero poner pesimista o morbosa pero recordar que no tenemos tanto tiempo como pensamos siempre es una buena regla para enfocarnos en lo que queremos. Cualquier tipo de proyecto o proyectos que te propongas, tiene que ser honesto con el tiempo que disponés en tu agenda y la realidad de tu vida. Una cosa es esforzarse a hacer gimnasia todos los días y otra muy diferente es proponerte a hacer dos horas de gimnasio cuando salís de tu casa a las 6, trabajás, volvés a las 19, vivís con otras personas que necesitan de vos y vos también necesitás de vos. Esto es un ejemplo nada más, pero a lo que voy es que seamos realistas con lo que efectivamente podemos hacer y lo que no. Elegí algún o algunos proyectos que te permitan vivir y que no se transformen en una carga. Yo quiero volver a estudiar música el año que viene, específicamente mi violín. Pero sé que no voy a tener una hora por día para practicar así que no estará entre mis proyectos porque además, tengo otros. Y no me da el tiempo para todo.
2- Como pasás tu tiempo es como vivís tu vida.
Escuché esta frase hace mucho y resonó mucho en mí. Sobre todo cuando entré en Pinterest después de mucho tiempo y me encontré con una carpeta de cosas que iba a hacer con mis hijos, de varios proyectos que me había propuesto hacer con ellos pero ya estaban grandes para esas actividades. ¿Qué pasó en el medio entonces?
Cuando pienses en tus proyectos, pensalos como formas en que querés pasar tu tiempo. “Ah, pero yo no quiero hacer gimnasia pero está en mis proyectos recuperar mi salud y el médico me dijo que eso es parte fundamental de mi tratamiento” (esto en realidad, es mi propia queja). ¿Cómo hacemos entonces con esa encrucijada? Pensalo no como “el tiempo que perdés” sino “el tiempo que recuperás de tu vida” haciendo algo que te va a traer satisfacción al final. Si tenés suerte, tu proyecto y pasar tu tiempo de forma satisfactoria coinciden, como por ejemplo un proyecto de aprender un nuevo idioma o hacer un curso de algún pasatiempo olvidado. Pero si como en mi caso, no coinciden, pensá en el objetivo mayor: esto te va a permitir pasar tu tiempo de una mejor forma y así, vivir mejor.
Que tu proyecto entonces apunte siempre a vivir mejor.
3- No te distraigas.
La distracción es uno de los grandes males que tenemos desde siempre pero con el avance de la cultura digital, nos hemos perdido en un mar de información. Y de ruido. Mucho ruido. Es verdad que muchas cosas que consumimos de esta cultura digital nos inspira; yo sin ir más lejos conocí el minimalismo gracias a un canal de Youtube. La cosa es que cuando pensemos en nuestros proyectos, no nos dejemos llevar por lo que vimos, escuchamos o nos contaron en algún momento. Primero, nosotros mismos. Porque si no nos escuchamos a nosotros, no podemos escuchar a nadie más. Después, dejemos entrar un poco al resto del mundo. Porque en definitiva, los proyectos son personales e intransferibles con un número de documento de identidad. Son nuestros y antes de dejar a otros entrar, necesitamos concentrarnos en lo que precisamos.
Mi recomendación es que pienses en los papeles que cumplís en tu día a día: primero, vos. Tu propio lugar en el mundo. Qué querés de vos. Después, tu familia (sos hermana, hija, madre, compañera, etc), tus amigos, tu trabajo (sos empleada, autónoma, jefa), etc, lo que sea que vivís todos los días. Después separalos en áreas y empezá a pensar en tus proyectos. Por ejemplo, para mí mi yo es igual a salud, después viene la familia y después el trabajo. O sea, salud, familia, trabajo. Voy reduciendo hasta llegar a proyectos viables que incluya a todos y todo lo que es importante en mi vida. Digo viables porque si fuera por mí, por cada área tendría 200 proyectos que vi en un video, que leí en un libro, que estoy haciendo con mis alumnos y que puedo hacer con los chicos, etc. Pienso en uno o dos por áreas y voy reduciendo. Minimalizando los proyectos y enfocándome en lo que puedo hacer.
Esto puede que no te sirva a vos, pero evitar distracciones seguramente va a hacer milagros por tu foco en proyectar para el futuro.
Entonces, pensar en que tu tiempo es limitado, entender que la forma como pasás el tiempo es la forma como vivís y evitar distracciones a la hora de proyectar, son 3 maneras de minimalizar proyectos y quién dice, finalmente concluirlos.
Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real.