En las últimas semanas me vengo encontrando con cosas o situaciones que podrían no ser parte de mi vida porque no las necesito. Y me hicieron pensar mucho en cómo esta cuestión del minimalismo es un constante andar. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar” diría Antonio Machado (y Joan Manuel Serrat en su versión cantada). Y el camino que veo que andamos acá, es de constante aprendizaje y de repensar nuestras costumbres. A veces nos perdemos, y estas frases siempre me ayudan a volver.
1- Todo lo que entra en mi casa, demanda mi tiempo y mi atención.
No sé de dónde la saqué, debe ser de algún podcast que escuché en inglés porque está anotada en inglés. Me atrevo a decir que es de The Minimalists. De cualquier forma, cuando decidimos traer a casa o dejar algo en casa, tenemos que pensar seriamente en esta frase. ¿Cuánto tiempo estoy dispuesto a dedicarle? Pongamosle que te trajiste una planta. La tenés que regar, cuidar, pedirle a alguien que te la cuide si te vas de vacaciones, etc. Pongamosle que es algo inerte, un libro. Hay que encontrarle lugar, hay que limpiar el estante donde está, sacarlo, ponerlo, leerlo eventualmente, ¿no? Entonces, ¿vale la pena? El fin de semana pasado tuve que limpiar el armario, mi armario. No tiene mucha cosa pero más de lo que me gustaría porque no quiero pasarme un sábado ordenando la ropa, lavándola, colgándola, guardándola (no plancho ni aunque me paguen). Ahí se fue una bolsa para donación. Tengo la suerte de recibir bastante ropa de familiares que ya no usan. Me quedo con lo que uso, me sirve y vale la pena gastar mi tiempo en conservarlo. Se aplica a todo en la vida.
2- Podés hacer cualquier cosa pero no podés hacer todo.
Esta frase la anoté hace un tiempo de Ryan Holiday, de quien hablé unos episodios atrás y tiene su canal de Youtube llamado “Daily stoic” o “El estoico diario”. Acá viene un poco de la idea anterior y tu atención y tiempo. Pero en este caso, es para recordarte que cuando todo es importante, nada es importante. Podemos hacer (casi todo) lo que queramos, pero no todo porque no tenemos ni tiempo suficiente ni podemos dedicarle la misma atención a todo. Yo ya conté que si fuera por mí, estaría estudiando violín, haciendo un arte marcial, practicando mi inglés, estudiando algo que tenga que ver con alfabetización, haría mil cosas con mis hijos, en fin…la lista es larga. Lo intenté a principio de año para descubrir que no puedo y que al final, terminaba haciendo nada. No digo que vos no puedas hacerlo todo. Solo que tenés que ver hasta qué punto el todo no se transforma en nada.
3- Podemos hacer mucho más con la plata que ganamos que comprar cosas.
Esto se volvió un mantra en mi vida aunque no en la de mi compañero entonces tenemos nuestros momentos de sentarnos a charlar / discutir sobre a dónde se va la plata. Pero sí conseguí que con el tiempo empezara a elegir paseos y salidas sobre comprar una tablet destruida para arreglar. O yo, para ser honesta, cuando me agarra la loca de que quiero volver a mi localidad porque no aguanto la ciudad más, empiezo a querer comprar cosas de madera y libros. En serio. Me sale por ahí la locura. Pero ahora, un 90% de las veces elegimos experiencias. Seamos todos juntos, a veces separados, a veces uno por un lado y los otros tres por el otro, estamos eligiendo gastar la plata en eso, estar juntos. Cada uno sabe qué le es significativo, cómo quiere gastar su plata. Tenía un alumno grande que compraba discos de su cantante favorita a precios absurdos. Y lo hacía feliz. Pero para él no era el disco en sí, sino la experiencia de escuchar las canciones con ese sonido tan típico de los discos. ¿Eran cosas? Sí, pero también algo más.
Con estas tres frases, los dejo pensando en que nuestro tiempo y atención deberían estar destinados a lo que nos hace quienes somos y generalmente, es lo que es esencial para que sigamos funcionando. Que hay un abanico de posibilidades infinitas delante nuestro pero que si queremos hacer todo, podemos correr el riesgo de no hacer nada. Y que la mayoría de nosotros trabajamos para ganar nuestra plata, sea en algo que nos gusta o no, pero gran parte de nuestro tiempo se va en ese trabajo a cambio de dinero. Y lo mejor que podemos hacer, es hacerlo valer.
Este episodio está dedicado a Melina Furman, a quien admiro mucho. Educadora científica, bióloga e investigadora dedicó gran parte de su carrera a despertar la curiosidad en chicos y grandes a través de sus libros y sus charlas TED. Falleció el 6 de septiembre a los 49 años de cáncer de colon y la vamos a recordar por toda su maravillosa trayectoria. Gracias por tanto, Melina.
Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real.