
Convivo con una persona que trabaja en tecnología. No puedo explicar el desastre constante de cables, cablecitos, aparatos y aparatitos que necesitan ser cargados diariamente. Y lo peor viene cuando quiero cargar mis auriculares, mi Kindle y usar el micrófono para grabar clases: no encuentro EL cable. Sí, porque hay dos mil cables pero UNO SOLO con la entrada que necesito para esas tres cosas. Por eso empecé a organizar los cables en un momento de rabia y puedo decir que orgullosamente la cosa mejoró un poco. Les cuento:
1- Sabé qué tenés
Lo primero de lo primero es saber qué tenemos en casa. Para eso, elegí unas dos horas de tu vida en la que puedas agarrar todos, absolutamente todos los cables y aparatos que los usen de la casa. Si sos como yo, no tenés idea de los mil formatos de cables que existen y tenés que ir viendo cable por cable y entrada por entrada; si no sos como yo, esto va a ser más rápido. Una vez que tengas todo junto, empezá a identificar los aparatos que usás y los cables que usan. Por ejemplo, mis auriculares, mi Kindle y el micrófono usan el mismo cable. Entonces puse las tres cosas a un costado y el cable encima. En casa tenemos dos celulares viejos que solo tocan música o sirven para jueguitos. Usan el mismo cable y hay uno para cada uno. En fin, este momento es el de reencontrar amigos perdidos. Y los que no se reencuentran, sean cables o aparatos, dejalos separados.
2- Identificá cables
Ahora viene la parte de ponerle nombres a los cables. En casa usamos la cinta de papel esa que utilizan los pintores para no ensuciar los zócalos y escribimos el nombre del aparato al que le corresponde. Otros usan las washi-tapes, esas que son coloridas y con brillitos. Mi papá cortaba pedazos de papel y las pegaba con cinta scotch así que acá cada uno es libre de hacerlo como quiera. Lo importante es que sea fácilmente encontrable al momento de querer usarlo. Podés decir “pero yo reconozco el cable con solo mirarlo”. Buenísimo, pero te pongo un ejemplo: mi compañero también reconoce los cables con solo mirarlos. Sin embargo, cuando quiere buscar algún cable del cestito de cables, ahora que están todos dobladitos y lindos no ve las puntas. ¿Pero sabés que ve? La etiquetita. Y es más fácil encontrarlo.
3- Organizalos
Acá va a depender de cómo los uses. Los cables que más usamos están conectados a un enchufe con doble entrada escondidos detrás de una zapatera tipo mesita. Los otros cables que también son muy usados están en un cestito destinado a cables. Compré unas cintitas para enrollarlos y que queden ordenados. Quien los usa tiene que volver a enrollarlos y ponerlos en su lugar. Existen diferentes formas de organizar los cables: desde cintitas para enrollarlos como hasta cajas y organizadores adhesivos que se pegan en la pared. Yo no quería nada expuesto porque ya el departamento es muy chiquito como para tener cosas pegadas y porque todos los espacios de esta casa son utilizados para varias actividades, no solo para trabajar o usar la compu. La forma va a depender de cómo uses tu espacio.
4- Quedate con lo que uses
Y acá viene la parte más importante para minimalizar cables: ¿viste aquellos cables y aparatos que no tenían amigos? Fijate primero si los aparatos sin cables los usaste en los últimos 6 meses. Si no los usaste, deciles chau (vendelos, donalos o reciclalos de forma responsable). Y los cables que no tienen aparatos, también. Deciles chau. Te vas a sorprender, pero los cables y aparatos son como los pares de medias: de repente, tenés solo una parte del par. Y ya solitarios no te sirven más.
Entonces, saber qué tenés, identificarlo, organizarlo y mantener solo lo que uses va a ayudarte a no tener que inventar organizaciones complejas y compras innecesaria de organizadores que, seamos sinceros, la mayoría de las veces los usamos para esconder el lío.
Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real.