
Vino y se fue el carnaval y muchas personas viajaron. Y me puse a pensar un poco sobre cómo viajamos por acá, cómo armamos las valijas, los bolsos, las mochilas, etc cuando viajamos. Cuando conocí a mi compañero yo iba y venía por la vida con una valija chica y era mi vida. Y una mochila. Porque la mochila, como profesora que soy, es una extensión de mi cuerpo. Y porque viajé mucho de mochilera. Hoy, resulta que mi valija ya no es mi vida y sí una valija. Claro que en mi valija va la valija también de los chicos así que no es tan mía. Pero en fin, cuando uno se autodenomina minimalista, se supone que viaja más leve. Bueno, no. Viaja con lo que necesita, punto. Los años de mochilera me enseñaron a reducir mucho lo que uno carga en los viajes. Y los viajes con hijos (y los años encima) me enseñaron a que no todo es tan minimalista como a una le gustaría que fuera.
1- Hacer una lista de la vestimenta necesaria.
Hay dos cosas principales que pienso antes de hacer la valija: la cantidad de días que vamos a viajar y el tiempo (calor, frío, etc). La cantidad de días porque si tengo la cantidad de ropa necesaria, agarro una por día para no tener que lavarla. Y el tiempo, para no llevar cosas que no voy a usar como una camiseta manga larga si va a hacer 30 grados de calor. Después, todo el resto. Entonces en la lista de lo necesario va:
a- Cantidad de ropa: si puedo llevar una por día y una muda extra, llevo. Sino, veo si se puede lavar en algún lado. Sino, a lavar a mano y tener otra muda de ropa por si no se seca. Si viajás con chicos, esto es esencial porque todo líquido, toda comida, toda cosa que mancha es inevitablemente atraída por cualquier tejido que tus hijos estén usando. Y si sos torpe como yo, también.
b- Ropa adecuada: si no conocés el lugar, es bueno dar una pispeada de cómo va a estar el tiempo. No siempre la predicción meteorológica es acertada pero más o menos. Muchos años atrás, cuando el dólar y el peso eran amigos, mi primo vivía en Estados Unidos. A mí me echaron del trabajo y aproveché la indemnización para ir a visitarlo por tres semanas a Nueva York, al final, solo pagaba pasaje (ni visa necesitaba en la época). Mi primo me aseguró que el tiempo era cálido en esa época y como no usábamos Internet aunque todo el mundo usaba, me llevé una mochilita (sí, ita que ni necesité despachar) con mis ropas hippies de verano. Resulta que fue un mes frío y me morí de frío por tres semanas. Así que anticipate. Sino después terminás de gastar tus parcos dineritos en camperas horribles pero baratas que vas a usar por mucho tiempo porque no vas a desperdiciar lo que te compraste durante un viaje. Ah, esto incluye zapatos. Yo tengo zapatillas, chancletas y más zapatillas. Trato de llevar siempre un par extra por si se me mojan, llueve o me vomita un animal (sí, es una historia real).
2- No olvidar remedios importantes
Hoy tengo que llevar remedios de uso continuo en mi valija. Y llevo algunos básicos para los chicos como dipirona, remedio para las alergias y cremita dermatológica. En esta creo que si nadie depende de vos y lo podés conseguir en donde estés, como mucho llevate un mini botiquín con cosas esenciales. De mochilera, mi amiga llevava siempre un pequeño kit de primeros auxilios. Nunca lo usamos en nosotras pero sí ayudó a otros. Otra cosa, para las mujeres, es productos de higiene femenina. No es oh, qué necesario, pero salva para no salir corriendo en busca de una farmacia o un mercado cuando ya es tarde.
3- Higiene y cosmética
Yo siempre llevo cepillo de dientes, pasta, hilo dental, jabón, shampoo y crema enjuague, aunque dependiendo a dónde vas, podés comprar todo por allá así que, depende de cada uno. A eso le sumo la toalla porque en general no vamos a hoteles y necesitamos llevarla. Suelo dejar de lado un poco la rutina cosmética si es un viaje de hasta quince días (nunca son más la verdad) y solo llevo protector solar, una crema de rostro para el día y la noche y una crema de cuerpo para toda la familia dermatológicamente débil que necesita productos especiales. Y una pincita de depilar, pero esto es puramente optativo. Otra cosa importante para las mujeres es que nos llevemos por lo menos algún producto de higiene femenina si vemos que será necesario para no salir corriendo a comprar en la hora menos pensada.
Algo más: desde hace unos años me llevo un rimel (máscara), un lápiz de ojos, un lapiz de labio y una sombra clarita caso aparezca una ocasión de lucirme (jejeje). Ah, y dos kits de aritos que combinen con todo y cinco pulseras (sí, cinco, porque como tengo uniformes de ropas sé exactamente qué va con qué. Y siempre parezco una hippie cuarentona feliz).
4- Preparar los documentos necesarios con tiempo.
Con 18 años me bajaron de un micro en una frontera a las dos de la mañana y nadie hablaba inglés, español o cualquier cosa que yo comprendiera (aunque nadie, absolutamente nadie estaba obligado a hablar otra lengua que no sea la propia así que, el problema era mío). Todos los pasajeros se despertaron. Como mi nombre y apellido es polaco y venía durmiendo como siempre, tardé un segundo en reconocer mi nombre pronunciado al estilo eslavo mientras me llamaban a los gritos entre los pasajeros. Me llevaron a una casilla donde dos militares serios y una señora que tenía todo el estereotipo de carcelera de una prisión soviética me recibieron con cara de pocos amigos y me mostraban papeles en checo (que después del momento de nerviosismo descubrí que estaban también en inglés) para que firmara. Pregunté en checo si hablaban español, inglés, cualquier cosa. Nadie respondió y me daban los papeles. En fin, terminé peleándome al grito de “nie” (no en polaco), pasé un momento de tensión latino-eslavo y descubrí que me estaba faltando un documento que no sabía que necesitaba. Fue una de las experiencias más memorables de mi vida (no por lo bueno).
Como recomendación te digo: siempre, pero siempre, verificá si te estás llevando los documentos que necesitás, independientemente si te vas a quedar dentro de tus límites geográficos permitidos o no. No hay nada peor que tener que pagar algo extra por no haberte prevenido o quedarte en pampa y la vía porque no te llevaste algo. Viajar es para disfrutar. Que la buracracia no te lo arruine.
5- Comunicación y entretenimiento.
Cuando empecé a viajar, los celulares no eran parte de mi vida. Tengo una colección de tarjetas de teléfono que usé por donde anduve para dar noticias, inclusive cuando ya había tecnología para no tener que usar teléfonos públicos. Hoy por hoy, el celular salva. Así que no te olvides de tu celular y de tu cargador. Ahí probablemente tenés tu música, tus podcasts así que el cargador es esencial. Y auriculares. Por favor, auriculares. Estamos viviendo un momento en el que parece que las personas creen que queremos escuchar sus gustos musicales, de películas, sus conversaciones, sus WhatsApp, todo. No, no queremos. Ni la música de los jueguitos de tus hijos. De verdad, no nos interesa. Así que llevate auriculares.
Si te gustan los libros digitales, no te olvides del cargador de tu dispositivo. Si sos como yo, llevate un libro físico. A mí me gusta llevar un cuadernito y una lapicera para escribir (y lo extendí para los chicos: cada uno tiene su cuadernito y una cartuchera en común con lápices).
Para resumir y para no extendernos que me parece que las historias personales fueron muchas ya:
1- Ropas adecuadas a la cantidad de días que te vas (teniendo en cuenta si podés o no lavar la ropa en algún lugar o hay que lavar a mano y dejar secar) y ropa conforme al tiempo que se espera en la región a visitar.
2- Remedios de uso continuo y si no los necesitás, nunca viene mal un pequeño kit de primeros auxilios con cositas básicas para evitar trastornos.
3- Llevate lo básico referido a la higiene corporal si decidís que no vas a comprarlo en el lugar a donde vas. Cuestiones cosméticas son optativas, pero dependiendo la cantidad de días que vas a viajar, puede ser conveniente reducir las cantidades y elegir productos que reduzcan lo que llevás como por ejemplo, una única crema de rostro para el día y la noche.
4- Documentos necesarios para viajar, porque nada arruina más que un mal momento burocrático.
5- El celular y el cargador son cosas básicas. El resto es optativo (no, mentira, los auriculares no son optativos).
Creo que lo más importante no es seguir una lista o mi lista porque cada uno es diferente y tiene necesidades distintas. Lo más importante para mí, es saber que llevás lo necesario y que no te vas a volver a tu casa cargado o cargada de cosas que nunca usaste durante los días que viajaste como si estuvieras acopiando latas para un posible fin del mundo “por las dudas”. Llevá lo necesario y algún extra (como ese par de zapatillas más que hubiera sido buenísimo cuando me vomitó aquel ser viviente parte de la fauna nativa de donde estaba).
Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real.