
El otro día estaba viendo un video de Joshua Becker, un estadounidense que creó el sitio y canal de Youtube llamado Becoming Minimalist o en una traducción libre “Transformándose en un minimalista”. El video se llamaba “época de excesos” y menciona todas las festividades estadounidenses y eventos que van a pasar desde el 31 de octubre hasta fin de año: Halloween, Día de Acción de Gracias, Cyber Monday, Black Friday, Navidad, Año Nuevo. Claro que estamos del otro lado del mundo y las celebraciones nos son bastante lejanas. Pero me hizo pensar un poco en esta idea de la época de excesos. Aunque tal vez no celebremos algunas cosas como Halloween o el Día de Acción de Gracias, sí tenemos el Cyber Monday, el Black Friday y las fiestas (y en Argentina vamos hasta el 6 de enero con los reyes magos y el regalito a los chicos que dejan sus zapatitos bajo el árbol de Navidad).
Pensando en esto, reflexioné en cómo repensar los excesos pero aprovechar los eventos al mismo tiempo y aquí van las dos ideas que tuve:
1- No es necesario desestimar las fechas.
- Escucho mucho a personas que te dicen “yo no compro nada en el Black Friday, este mundo consumista y bla bla bla” o “yo no sigo las moditas de las grandes empresas, solo compro de pequeños productores”. Y los aplaudo. Yo siempre pienso mucho antes de comprar algo e intento priorizar comprar de productores locales o independientes aunque me cueste un poco más caro. Pero a veces, no se puede. Tengo una conocida con la cual venimos abrazando la idea de comprar un SodaStream, una máquina de hacer agua con gas, porque a mí me encanta el agua con gas y a ella también. De hecho de chica en casa había un sifón recargable y había agua con gas para todos y creo que quiero seguir la costumbre. El año pasado todos los meses cada una verificaba si había algún cambio en el precio porque es caro y finalmente, durante el Black Friday, estaba 30% más barato. A mí no me dio el presupuesto, a ella sí. Si no hubiera participado del Black Friday, no hubiera conseguido comprarlo barato. No compró nada más, solo lo que quería con un precio comprobablemente menor. Como siempre digo, el problema no es consumir sino cómo consumimos. Si vas a aprovechar las fechas de descuentos para comprar algo que necesitás o querés mucho y es conveniente, no hay nada de malo en eso. Si vas a aprovechar Navidad para darle aquello que la persona agasajada va a apreciar y que no se lo diste durante el año por el motivo que fuere, ¿cuál es el problema de gastar un dinerito en eso? Es solo recordar las preguntitas de:
- ¿Lo necesito o la otra persona a la que le voy a regalar lo necesita?
- ¿Es bello o es útil y por eso vale la pena comprarlo?
- ¿Puedo pagarlo o me voy a poner en una situación financiera difícil?
Con esto no quiero decir que estoy de acuerdo con estas fechas de consumo. De verdad me parecen terribles si las pensamos en fechas en las que compramos por compramos. Pero no me parece mal que haya épocas de promociones u ofertas de productos que en otros momentos no podríamos adquirir. Muchos años atrás en donde vivían mis tíos, había un fin de semana cerca de fin de año en el que todos los negocios de la avenida principal del lugar sacaban todo para afuera y hacían quema de stock. Era como un Black Friday prehistórico. Siempre me acuerdo que íbamos específicamente para comprarnos las zapatillas del año que venía y cuando fui adolescente, me iba a dormir el día antes y hacíamos una lista con mi primo de cassettes que íbamos a comprar y que no habíamos podido durante el año porque eran caros. ¿Éramos consumistas? La verdad que no. Comprábamos lo que necesitábamos y alguna otra cosita que nos gustaba. O regalitos de Navidad.
Entonces, no es necesario poner cara fea y escaparse de estas fechas. Pero sí entender que cada cosa que adquirimos, dice mucho de cómo consumimos. Y queremos consumir de forma consciente.
2- No es necesario participar de todo.
Un poco contradictorio con lo anterior pero también real. Si se vienen varios eventos en los que vamos a gastar, elegir aquellos que tienen más sentido para vos es mejor que quedarse con la tarjeta de crédito sin límite. Si sabés que vas a pasar Navidad con la familia y hay que colaborar con la comida o comprar regalitos, entonces como yo tal vez el Soda Stream tenga que esperar un poco más. O si querés comprarte aquel celular nuevo durante el Cyber Monday porque el tuyo ya está para reciclar, ni mires ofertas en el Black Friday y andá avisando a la familia que vas a llevar la ensalada para año nuevo y no los chorizos. Toda adquisición o participación en eventos que impliquen abrir la billetera implica una elección. Tal vez este año te toque como a mí solo concentrarte en la fecha que sabés que es más importante. En mi caso, es la Navidad porque vamos a pasarla fuera de casa. Son tres días que nos van a implicar gastos y tuvimos que hablar con los chicos sobre la situación económica de Papá Noel y que este año van a tener que pedir cosas baratas (uno quiere cartas Pokemon y la otra quiere un Pokemon peluche. Eso podemos). No voy a hacerme la super minimalista y decirles que mis hijos solo quieren experiencias y que yo no les compro nada. No, la verdad es que disfruto de verles las caritas abriendo los regalos. Solo que sí les pedimos que elijan cosas que vayan a usar mucho y que si algo entra, algo sale para donación.
En fin, se puede participar de la “época de excesos” sin necesidad de excesos. Solo hay que repensar la forma cómo encaramos esta época y si se condice con lo que queremos, lo que podemos y lo que necesitamos.
Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real.