
Existe el desafío que ya mencionamos en el “Ep. 49 | 3 desafíos para organizarte financieramente” que es el de no comprar nada por una semana. Si no me equivoco el desafío original era no comprar nada por un año. La cosa es así: durante el tiempo que dura el desafío, solo comprás aquello que es necesario. O podés elegir productos y servicios en los que generalmente gastás más plata de la que debés y sacarlos de tu lista de compras por x cantidad de tiempo.
En mi caso, fui por una semana y cada tanto lo vuelvo a repetir. Saqué todo lo que no fuera esencial, dejando la comida y transporte. Una semana parece poco tiempo porque al final, es poco probable que vayas a comprarte ropa, zapatos o que no puedas evitar alguna salida optativa. Pero recomiendo empezar por una semana y una semana que sepas que es poco probable que vayas a tener gastos extras. Porque así vas a poder ver cómo implementar este desafío de una forma más…desafiadora en otra oportunidad.
¿Y qué podemos aprender de no comprar nada por un tiempo? Estas son 3 cositas que me parecieron interesante compartir:
1- Falta de organización: muchos gastos, sobre todo los pequeños, están relacionados a la falta de organización. Se te acabó el azúcar y vas al mercadito de la esquina donde cuesta más de lo que cuesta cuando lo comprás en tu compra mensual en el supermercado que tiene más ofertas. Y los pequeños gastos a lo largo del tiempo, suman una cantidad importante.
2- Lo que creemos necesario, muchas veces puede ser sustituido o simplemente evitado: esto se aplica cuando hablamos de ingredientes de comidas (para no salir corriendo a comprar como mencionado en el punto 1) como de otras cosas como ropa, zapatos, maquillaje, etc. En el caso de la ropa y zapatos, podemos repensar conjuntos posibles con lo que tenemos para no comprar nada extra; en el caso de maquillaje, usar todo lo que tenemos hasta que se acabe y evitar comprar más sombras, más esmalte de uñas, etc. Se aplica a todo; pienso en libros que es algo que me gusta. Antes de adquirir otro podemos pensar si ya leímos todo lo que tenemos, si no está disponible en la Internet (y aunque no te guste leer libros digitales, podés proponértelo por un tiempo) o si no tenés una biblioteca cerca de la cual hacerte socio. Sustituir con algo que ya tenés o evitar el gasto te abre un mundo de opciones.
3- Las compras por impulso existen, no te engañes: muchas veces pensamos que nosotros, que tenemos un presupuesto justo, que vivimos una economía parecida a un constante subibaja y que no nos dejamos influenciar por las propagandas o las redes sociales, no compramos por impulso. Pero la verdad es que la mayoría de nosotros lo hacemos. Es ese pañuelo para el cuello que viste de oferta, ese anotador tan bonito y chiquito que cabe en la mochila perfectamente, es inclusive ese café con leche con medialunas que paraste a tomar cuando no debías. No nos entendamos mal; soy a favor de tomarse un café con leche con medialunas siempre. Pero si estás en plan de ahorrar un poco o disminuir gastos, organízate para tomarlo un día específico, vos sola o solo o con alguien. Hace de eso un momento especial ya que te estás privando de algunas cosas para mejorar un poco tu situación económica. Y este tipo de desafío ayuda a ver ese tipo de gastos claramente, porque no los podés hacer.
En fin, el desafío se puede hacer por el tiempo que te parezca y eligiendo el sector de tu vida en el cuál querés reducir tus gastos. Podés hacerlo en general como yo o digamos que gastás mucho en productos cosméticos y decidís no comprar nada que no sea necesario. Es interesante porque nos dice mucho de nuestra forma de lidiar con la plata. Así que te propongo intentarlo.
Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real.