
Hace mucho que vengo viendo cómo se acumulan cosas en la alacena. Ya de por sí mi alacena o despensa son varios muebles pequeõs amurados en la pared (dónde si no, la palabra ya lo dice) en los que van desde comida hasta vajilla pero hoy voy a hablar solo de la comida. No es que en casa tengamos un sinfín de productos pero como todo espacio vacío, se lo tiende a llenar con algo. Vamos?
1) Separá los productos vencidos o por vencer.
En la alacena generalmente ponemos productos no perecederos o que se pueden mantener fuera de la heladera, lo que los hace productos ad eternum (no, no los hace pero quién no ha comido esas galletitas vencidas hace dos meses que todavía están crocantes y que encontramos en un día de querer comer carbohidratos). Yo sé que nadie quiere dejar vencer productos y mucho menos con estas economías, pero a veces compramos algo que está de oferta, algo que pensamos que vamos a consumir, alguna cosita que nos dieron y muere en el olvido porque o no lo vemos o siempre usamos los mismos productos. Así que una revisión veloz de lo que tenés en tu alacena puede traerte la sorpresa de que sí, sos un desperdiciador de comida. Pero bueno, por algún lado se empieza. Separá todos los productos vencidos en una bolsa de basura (nada de ¨todavía sirve¨ al mejor estilo Homero Simpson queriendo salvar su chancho a ser asado mientras éste volaba por los cielos de Springfield. Y si no sabés de que hablo, temporada 7 de los Simpsons, capítulo ¨Lisa, la vegetariana¨. Miralo, no te vas a arrepentir). Tiralos, no los guardes, no pienses que hoy los podés usar, deciles chau. Y los que están por vencer, dejalos a la vista, fácil de agarrar para poder usarlos. Porque si no los ves, se van a transformar en basura. Lo que nos lleva a la segunda forma de minimalizar la alacena.
2) Dejá todo a la vista
Como todo lo que tenemos en casa, si está escondido, en el fondo, detrás de otras cosas, difícilmente lo vayamos a usar a menos que nos acordemos que está ahí. Por ejemplo, los adornitos que decidiste quedarte par ausar la próxima Navidad probablemente no están a la vista sino atrás de algo, o en un lugar de no tan fácil acceso porque los usás una vez por año. Ahora la comida…la comida tiene que estar a la vista y tiene que ser fácil de acceder porque sino, después terminás comprando algo que pensaste que no tenías pero estaba atrás de los dos paquetes de yerba, escondido para nunca usarlo. Entonces siempre intentá dejar a la vista todo lo que tenés para usar. ¨Ah, pero no tengo espacio¨. Lo que nos lleva a la tercera forma…
3) Hacé espacio para lo que consumís
Lo del espacio es algo que puedo disputar con mi experiencia diaria. Sí, cuando no hay espacio, hay cosas que van a estar detrás de otras como en mi casa, porque mis armarios son minúsculos. Pero pongo los mismos productos juntos, por ejemplo, apilo latas de arvejas y de choclo juntas y sé que están ahí, atrás de las latas de atún que voy acaparando si hay ofertas. Y como las uso todas las semanas, sé cuándo se están acabando y sé cuánto y qué tengo. En ese armario por ejemplo, no va otra cosa. Eso es porque para minimalizar una alacena, tenemos que pensar que cada armario tiene que ser el destino de los alimentos que consumís diariamente. El espacio es para eso, para utilizarlo con aquello que hace tu vida diaria más fácil o más amena. No hay que revolear las cosas y menos la comida en cualquier lado. Destiná tu espacio en la alacena para lo principal y después, elegí un espacio donde poner aquello que tal vez no consumas tanto o que planeás consumir en un futuro no tan cercano. Pero que esté a la vista en lo posible para no olvidarte que está ahí. Yo por ejemplo, hice una lista de lo que comemos generalmente y encontré espacio para cada cosita. Más o menos, porque tuve que comprar unos cestos para poner encima de la heladera porque no tengo espacio, pero al mismo tiempo, tener un destino para cada alimento hace que por un lado, tenga un límite de lo que puedo traer (no es que me agarre la loca de reventar la tarjeta de crédito sino que a veces, con algunas ofertas, uno se olvida que además del gasto, hay que ubicar lo que compraste en algún lado) y por otro, que sea fácil saber qué tengo, qué no y qué necesito comprar.
Separar lo que está vencido o lo que está por vencer, dejar todo a la vista y hacer espacio para lo que consumís parecen tres formas medio obvias de minimalizar la alacena pero a veces es necesario hacer esa revisión para 1) no desperdiciar comida 2) no desperdiciar plata y 3) no desperdiciar tiempo y espacio en tu vida y en tu casa buscando cosas.
Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real.