
Como alguna vez dije, yo soy doña cursos. Me encanta aprender y para empeorar la situación, me gustan muchas cosas. Y cuando me engancho con algo, parece que necesito tener, comprar, adquirir, poseer todo lo referido al tema. Cuando digo todo, es básicamente libros, mi adicción personal. Pero también son cosas como lana y agujas porque se me ocurrió dejar de ser inútil y empezar a tejer, marcadores para hacer caligrafía porque decidí que tengo que escribir con letras lindas (compré tinta y pincel para hacer caligrafía japonesa recientemente y estoy esperando el momento mágico en que usaré esa tinta y ese pincel) o las partituras que mandé imprimir doscientos años atrás porque en algún momento retomaría violín (momento que hasta ahora, no llegó).
En fin, todos tenemos algo o muchos algos que decimos nos va a ayudar a desconectarnos de este mundo que se la pasa corriendo y al final, terminamos llenándonos de cosas y más obligaciones. Por eso aquí vengo a traerles algunas ideas para mantener a raya nuestros hobbies o pasatiempos y al mismo tiempo, no perderlos.
1- Decidí qué podés hacer.
El tiempo es un recurso limitadísimo. No como nuestras ganas de hacer mil millones de cosas. El problema con las mil millones de cosas es que nos saca el foco de aquello que sí podemos hacer. Hay una frase que leí hace tiempo y que me repito cada vez que quiero empezar algo nuevo: “La persona que quiere estar en todos lados termina estando en ningún lado”. O en términos más simples, el que mucho abarca, poco aprieta. Hobbies o pasatiempos son para disfrutarlos y apreciarlos. Sin tiempo, es medio difícil hacerlo, ¿no? Entonces, nos toca elegir cuáles son aquellos o aquel que queremos mantener. No hace falta que te propongas ser buenísimo en algo porque un pasatiempo es una actividad de disfrute en momentos de ocio, no necesita ser productiva ni tener resultados. Por eso, si el pasatiempo se convierte en una obligación…tal vez tengas que repensar tu pasatiempo y pasar a otro.
2- No necesitás tener todo (o algo).
Vamos a decir que como yo, te despertaste un día y dijiste: quiero hacer caligrafía japonesa. Y por cuenta propia. Así que hay que comprar hojas, pinceles, tinta, algún cuaderno especial, seguir a alguien en Youtube que enseñe gratis (porque ahora somos todos maravillosos -casi- autodidactas) y algún libro que te hable de la historia de la caligrafía en Japón. O dijiste que ibas a hacer dibujo. Cuando empezás con un pasatiempo, no sabés si te va a gustar de verdad. Así que comprá lo mínimo indispensable y de una calidad dentro de tu presupuesto (en mi caso, de calidad dudosa siempre). Y si ya tenés todas las cosas pero las usás cada muerte de obispo, no es un pasatiempo, es una distracción. Y las distracciones ocupan tiempo que podés estar usando…en un pasatiempo que de verdad te haga feliz. Así que dejá ir esas cosas hasta que decidas si ese pasatiempo es algo para mantener o no.
3- Hacé espacio.
Si decidiste que ese es tu pasatiempo, no puede superponerse con otras cosas. Los pasatiempos no son para correr, son para disfrutar. Hacete tiempo. Y los pasatiempos no pueden atiborrarnos de cosas. Si no entran en nuestros espacios físicos, hacete estas preguntas:
- Si quiero mantener estos objetos que forman parte de mi pasatiempo, ¿qué otros objetos necesito sacar del medio para que no se transforme en un estorbo?
- Si no tengo tiempo pero quiero realmente continuar este pasatiempo, ¿puedo negociar con mi agenda para esto? Si sí, mantenelo. Si no, puede que tengamos que rever la agenda. Porque tener pasatiempos muchas veces es la mejor forma de mantener una mente más calma y sana. Priorizarse también es una forma de minimalizar lo que no nos está sirviendo.
- Si mi pasatiempo requiere un gasto importante dentro de mi presupuesto, ¿puedo pagarlo ahora? ¿O puedo buscar formas más baratas acorde a mis finanzas para hacerlo? Yo por ejemplo, compré una tinta china medio pelo y un pincel parecido a los que se usan en la caligrafía japonesa. Básicamente compré un kit de pinturitas para chicos. Pero es lo que puedo. Y si esto se pone serio, tendré que rever mis gastos y mis tiempos para continuarlo. Por ahora, es lo que hay.
- Si tengo muchas cosas y cositas que ya no uso pero que tal vez usaré y no quiero tirar, donar, vender porque no sé si las voy a poder comprar de nuevo, ¿qué hago? Pensá lo siguiente: cosas paradas también tienen un costo. Un costo de tiempo porque hay que limpiar y moverlas, sacarlas, volver a ponerlas donde estaban mientras podrías estar haciendo otra cosa. Un costo de espacio porque podrías tener ese espacio libre de objetos o colocar algo más significativo que no esté parado. Un costo emocional porque vas a estar siempre pensando que “tenés que hacer eso” cuando un pasatiempo no es obligatorio (sino no sería pasatiempo). A. veces el costo en plata no es tan alto cuando lo pensamos así. Pero digamos que no estás listo porque realmente es caro. Date un tiempo para ver si vas a retomar ese pasatiempo. Y después, si agarraste las cosas media vez o nunca, acordate que el costo personal es mucho mayor que el financiero.
Espero que estas tres ideas te ayuden. En mi caso, estoy usando la tinta y el pincel medio pelo para hacer caligrafía japonesa. Pero di los libros impresos de violín porque este año no voy ni a cambiar las cuerdas para retomar de cero el instrumento.
Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real.