
Uno de los temas pedidos para este año fue diferentes tipos de minimalismo y decidí compartir sobre el minimalismo a la Marie Kondo. Si no sabés quién es Marie Kondo, te cuento rápidamente: es una mujer japonesa que unos cuantos años atrás (2010 para ser exactos) lanzó un libro llamado “La magia del orden” y en el detalla su método, llamado no muy originalmente KonMari, en el que nos explica a los simples mortales cómo se organizan las cosas en casa para que podamos ser realmente felices.
A mí el libro me gustó, lo tengo en casa y cada tanto lo releo (o releo algunas partes marcadas). Si no lo leíste, lo recomiendo. Pero siempre, claro, considerando que la vida de una mujer soltera japonesa puede no tener mucho que ver con vos y que hay cosas que es probable, no tengas ganas de incorporar. De hecho, hace un tiempo, Marie Kondo ahora casada y madre de tres hijos, dice que “medio que se dio por vencida con la cuestión de tener todo organizado todo el tiempo”. Así que si lo dice Marie Kondo, qué nos queda a nosotros.
A nosotros nos queda agarrar lo que mejor se aplique a nuestras vidas y aprovechar esas ideas para ir atrás de una vida más tranquila. Porque hay bastante cosa interesante en el libro que pueden darnos muchas ideas para la vida diaria.
Para Marie Kondo, la mejor forma de ordenar tu casa y decidir qué se queda y qué se va es sabiendo qué tenés de hecho en tu casa. Y para eso ella propone saberlo a partir de 5 categorías que deben ser seguidas en este orden:
- Ropas
- Libros
- Papeles
- Komono (ya vuelvo a esta palabra)
- Objetos sentimentales
Antes de entrar en detalles, para Marie Kondo cuando empezás con cada categoría recomienda poner todo lo que la conforme en un lugar. Por ejemplo, cuando ordené los libros de casa, saqué todos, absolutamente todos y los puse en el piso. Una vez que los tuve a todos a mi alrededor, empecé a analizar qué se quedaba y qué se iba. Así que para todas las categorías, antes de organizar sacamos todo, nos deshacemos de lo que no queremos y pasamos recién ahí a organizar.
Ropas
Para las ropas, recomienda colgar u organizar las ropas similares juntas, por ejemplo, pantalones con pantalones, camisas con camisas, etc. En mi caso, lo que hice fue poner las calzas negras una colgada al lado de la otra, los dos pulóveres que tengo también los colgué uno al lado del otro, etc. Y otra recomendación es que sepas dónde están tus ropas dentro del armario, una especie de espacio pre-definido: por ejemplo, mis calzas de gimnasia están del lado izquierdo; entonces, cuando me levanto hecha una zombie para hacer la corridita de la mañana, solo estiro la mano ya como una acción automática hacia el lado izquierdo y manoteo la calza.
También, Kondo es conocida por su método de doblar la ropa. Y no se rían: parece una estupidez pero especialmente para remeras, camisetas, ropa interior y medias, la forma con la que dobla las cosas hace magia por el espacio. Recomiendo mucho que se tomen un tiempito para verla doblar ropas (sí, sí, se siguen riendo, lo sé, nunca pensamos que en 2024 estaríamos viendo videos de gente doblando ropa…).
Libros
Para los libros, ella recomienda una lista de géneros para organizar los que tengas en tu casa que compartí en el episodio 10, “Libros y minimalismo: Organización” si quieren más detalles. Pero básicamente lo que dice de los libros es que existen aquellos no leídos y que están en tu biblioteca desde hace mucho (es decir, te los compraste y dijiste que algún día los ibas a leer) y los que pertenecen al Hall de la Fama. Los libros que alguna vez vas a leer, ella dice que equivale a un “la verdad, nunca los voy a leer” y los del Hall de la Fama, son esos que no podés dejar ir de ninguna forma. En mi caso, uso otras formas de decidir qué se queda y qué se va en mi biblioteca pero sí tomé coraje de deshacerme de libros que llegaron a mí por algún motivo y que “algún día leería”. Con la idea de que eso nunca iba a pasar, doné, vendí y regalé muchos libros que hasta el día de hoy, no me hicieron falta para nada.
Papeles
Marie Kondo dice que por regla general, hay que tirar todo. Pero después aclara: tirar todo lo que no entra en las siguientes subcategorías:
a) está en uso actualmente (un documento que tenemos que presentar seguido por ejemplo).
b) vamos a tener que guardarlo por un tiempo (una garantía, por ejemplo).
c) hay que conservarlo para siempre (una partida de nacimiento, por ejemplo).
El resto, se va. Yo usé estas ideas como base para la organización de mis papeles y estoy bastante feliz de cómo encuentro las cosas rapidito. Si tienen ganas de oír ese episodio, es el número 40, “4 formas de organizar documentos importantes”.
Komono
Me encanta que Marie Kondo haya incorporado esta categoría que significa básicamente “cositas”. ¿Viste esas monedas que te dieron de vuelto y dejaste en el cestito de entrada? ¿O esas colitas de pelo que también dejaste en ese cestito? ¿Y esos clips que sacaste de algún documento y revoleaste en algún porta cosas? Eso es komono. Pero también es komono los misteriosos cables que guardás en algún cajón, las muestras de cosméticos vencidas, los botones que se te salieron y nunca cosiste ni pretendés coser, regalitos que te dieron en algún encuentro y no sabés ni por qué los tenés, etc. Es todo eso que está en casa y no sabemos por qué ni para qué y probablemente no nos va a hacer falta nunca en la vida porque además, ni sabés que lo tenés. No es que te vas a despertar un día y vas a decir “oh, qué ganas de organizar estos dos papeles con aquel clip que saqué de un documento hace dos años”. Entonces, sacá todo ese komono para afuera, miralo (puede que encuentres aquel cable que perdiste, quién dice) y deshacete de todo lo que no es útil.
Yo después de conocer esta palabra, no me permito komonos (no debe existir el plural pero lo invento) y si veo que ya me estoy dejando estar, tiro todo. Porque a mí me gusta juntar cosas, ¿vieron? Sobre todo si es papelería.
Objetos sentimentales
Marie Kondo es bastante dura por decirlo de alguna forma a la hora de deshacerse de los objetos sentimentales. Para ella, nada que ocupe un espacio que no refleje tu hoy debe ser guardado sino descartado (vendido, donado, tirado, pero no se puede quedar en casa). Yo lo entiendo: hacer espacio para el presente y para cosas nuevas, soltar el pasado y agradecer por lo vivido suena lindo y es un pensamiento bien racional. Fotos, regalitos de los hijos, recuerdos de infancia, nada se salva del hacha cortadora de pasado de Marie Kondo. Quien pueda hacerlo, aplaudo de pie. Yo en lo personal, aprendí a dejar ir algunas cosas y otras no porque son importantes para mi presente. Hago una tercera autopromoción y última, prometo y es porque de este tema ya hablamos en el episodio número 26, “3 preguntas para dejar ir objetos con valor sentimental”. Y si bien Marie Kondo tiene una idea interesante sobre cómo tratar este asunto, no a todos puede hacernos bien. Recuerdo de haber leído en un foro hace mucho a una señora diciendo que el método le gustaba mucho pero que ella ya era grande y que las fotos la ayudaban mucho a recordar personas y tiempos idos y que eso la hacía tan feliz como su presente. Un poco como lo que siento yo con ciertos objetos de valor sentimental.
Como dije al principio, puede que todo lo que Marie Kondo ofrece no sea de tu agrado. Pero hay muchas ideas interesantes que podemos adaptar a nuestra realidad. Algo que, por ejemplo, me quedó grabado con respecto a las ropas es que tenemos que tener aquello que nos guste, que nos haga sentir bien. Inclusive cuando hablamos de ropas de entrecasa y pijamas. Generalmente reaprovechamos ropas para limpiar o para simplemente mirar la tele y hacer nada. ¿Y si elegimos ropas de entrecasa que nos veamos y nos gustemos? Dice de los pijamas: “lo peor que se puede hacer es usar un pijama que sea un conjunto viejo de gimnasia. Sí, dormir con ropas cómodas es bueno pero no es atractivo y eso puede tener un impacto enorme en nuestra autoimagen y en consecuencia, en nuestra autoestima”. No sé si es tan así, pero hoy por hoy si hay una emergencia y estoy en casa limpiando, no tengo que tener miedo de andar con agujeros en las remeras o si estoy durmiendo y tengo que salir corriendo, uso un pijama que me gusta y me gusta como me queda (inclusive, ¡me compré dos pijamas porque no tenía y usaba ropas viejas!). Ahora, hay otras cosas, como deshacerte de fotos que tu abuela sacó cuando era joven no es algo que haría.
En fin, como todo, es cuestión de encontrar lo que nos sirve, lo que se adapta a nuestra realidad y lo que podemos.
Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real.