
Ayer fue el día 183 del año y quedaban 183 días para terminarlo. Y sí, era 1 de julio, y un lunes, ideal para empezar dietas y promesas. Pero no importa si es mitad de año, o comienzo de año o el tercer mes del año. Siempre podemos desafiarnos. Y les propongo algunos desafíos con fecha (ponele 183 días o como te parezca) para abrazar el minimalismo con más intensidad. Estas son ideas, no planes concretos porque cada ser es un mundo y cada casa un universo. Así que no esperes un check list porque eso es muy personalizado. ¿Vamos?
1- Salud
No te voy a pedir que te anotes en un gimnasio porque sale caro. No te voy a pedir que a fin de año te corras un maratón. ¿Pero qué tal ponerse alguna meta que mejore en algún aspecto tu salud? Por ejemplo, bajarte una parada antes del colectivo. Hacer diez minutos de ejercicios con un video de Youtube. Reducir porquerías deliciosas pero poco saludables de tu dieta. No necesitás hacer un cambio drástico. ¿Pero qué te parece elegir una meta y ponerte objetivos alcanzables? Si estás con sobrepeso, por ejemplo, bajar un kilo por mes, no tres. 1 kilo hasta fin de años por mes, son seis kilos. Establecer hábitos que se transformen en rutinas como caminar un poco más 4 veces por semana ya es un avance. Minimalicemos nuestra agenda para que quepan otras actividades. Algunas ideas son:
a- hacer 10.000 pasos por día.
b- 10 minutos de ejercicio cardiovascular u otro tipo de ejercicio viendo Youtube.
c- incorporar 3 frutas a tu día.
d- disminuir el consumo de grasas.
e- escribir un diario o cuaderno, leer libros que te gusten (y no te gusten para trabajar la cabecita) o buscar charlar con alguien con quien te sientas cómodo (porque la salud mental también es parte de una vida saludable).
Nada de todo eso es imposible ni cuesta una fortuna (depende de la fruta que elijas en la opción C, bueno). Pero si hasta fin de año, algo de todo eso pasa de hábito a rutina, te abrazo y te aplaudo.
2- Dinero
En Argentina se viven crisis económicas dignas de historias a futuro: “Cuando tu tatarabuelo era joven, la gente creía que una moneda llamada dólar era la base de la economía. Así lo creyó tu bisabuelo, tu abuelo y tu mamá. Y por eso hoy nuestro nuevo dios es ese billete de George Washington, quién lo posee, posee el mundo”. Espero que no sea la historia del futuro pero hoy por hoy, podría serlo. ¿Cómo podemos entonces buscar una economía sustentable en una economía tan tambaleante? Minimalizar nuestros gastos en cosas es un comienzo. Y podemos hacer así:
a- Control de gastos: dirás que ya no gastás porque no podés. Dirás que ya no podés ahorrar más. Puede ser cierto. Pero te invito a anotar absolutamente todo en lo que gastas por una semana. Pero todo. Y después sopesar gastos versus necesidades. No digo que seas infeliz sin tomar una cerveza con una amiga. Pero fíjate si no pueden encontrar otras opciones más acordes a este momento. Nada más.
b- Lista de prioridades: cada cual tiene prioridades en la vida de acuerdo a su momento. Hay gente que quiere priorizar la plata armando un buen colchón financiero. Hay gente que prefiere gastar en viajes porque es hoy que hay plata y no se sabe mañana. Cada uno sabe su prioridad. Y las prioridades cuestan plata. Así que armate una lista y fíjate cuánto de todo eso podés alcanzar con honestidad para que la vida no se te pase corriendo atrás de algo que tal vez no era posible. Y no, esa de “el cielo es límite” ni al Challenger le sirvió que explotó con una maestra y otros 6 astronautas. Seamos honestos. A fin de año reevaluá tu proyecto y fíjate si es viable o necesita de algunos cambios.
c- Experiencias versus cosas: si las necesidades básicas (techo, salud y comida) están cubiertas, te propongo dejar de lado comprar cosas (inclusive esas lindas que querés, por eso esto es un desafío) y enfocarte en experiencias. Incluí esas que ni sabés si te van a gustar. Un ejemplo es que acá en casa fuimos a un evento de juego de mesa. Mi compañero desapareció para hablar con conocidos y los chicos y yo nos fuimos a probar juegos de todo tipo. Valió cada centavo lo que gastamos ahí porque nos divertimos muchísimo y yo pensé que los chicos iban a aburrirse. Animate a vivir experiencias diferentes con la plata que tu sudor te consiguió. Nada mejor que, además de contarle a tu tataranieto que el dólar es nuestro nuevo dios, contarle también que intentar cosas diferentes es buenísimo.
3- Trabajo
Esta no es muy fácil porque primero, no sé qué hacés de tu vida ni tus horarios laborales. Y segundo, no sé tu nivel de responsabilidad por la economía familiar. Entonces, voy a suponer que tus horarios son variados y sos el sustento. ¿Cómo minimalizamos y nos desafiamos entonces? Acá van dos propuestas:
a- El trabajo no nos define: este es el primer desafío que propongo. Nos puede gustar mucho lo que hacemos y puede tener mucho que ver con nuestra vida personal si tenemos suerte. Pero no importa. No somos nuestro trabajo. Somos amigos y amigas, madres, padres, hermanos y hermanas. Somos hijos e hijas. Somos muchas cosas. Y si bien el trabajo es algo prioritario en la vida de cualquier persona que quiere sustentarse y sustentar a otros, hay que recordar que somos mucho más que eso. El desafío de esta mitad de año es descubrir o redescubrir todos los otros roles de tu vida. Todo lo que sos fuera del trabajo. Y ver qué querés priorizar.
b- El trabajo se termina: no importa a qué hora terminás; cuando se termina, se termina. A menos que tengas un trabajo 24 horas de disponibilidad como un cerrajero o un médico, hay que poner un límite. La disponibilidad constante es un problema bastante actual gracias a la conexión veloz y prácticamente instantánea que tenemos. Determiná cuál es tu espacio y tiempo en la medida de lo posible. Porque si mañana no estás, acordate que va a haber otro que va a ocupar tu lugar. Pero para los que te quieren, sos único.
Acá le sumaría relaciones y familia, pero es tan personal y delicado, que preferí no entrar en el asunto. Yo tengo mi desafío personal que es pasar más tiempo con mis hijos y mi compañero y guardar plata para ver a mi familia y amigos. Te propongo hacer tu propio desafío en este caso pensando en lo que necesitás minimalizar para maximizar la posibilidad de tener relaciones significativas y que te traigan alegrías para todos.
Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real.