
Este mes de noviembra se caracteriza por el Black Friday y después se viene la Cyber Monday (aunque en Argentina ya empezó. O pasó, no sé). Lo interesante de estos eventos es que como siempre, se nos llena la vida de promociones. Y a pesar de que soy a favor de aprovechar lo que convenga, hay algo que creo nos pasa a muchos con estos devenires económicos inestables: no saber si vas a poder comprar algo de nuevo. Es lo que en muchos podcasts estadounidenses llaman de mentalidad “me va a faltar” (traducción libre de “scarcity mind”). ¿Cómo podemos lidiar con esa mentalidad cuando muchas veces la realidad nos dice que sí, que de hecho, nos va a faltar? Sobre todo en estas épocas que hay promociones de muchas cosas. Y siempre pienso en estas 3 cuestiones a seguir (no que funcionen todo el tiempo…) antes de caer en las garras de las promociones:
1- ¿Cómo y cuándo lo voy a usar?
Si veo una promoción de algo que me parece que me va a ser útil, hay que pensar en esas cuestiones:
- Cómo lo usamos: ¿es algo práctico para usar o hay que armarlo, desarmarlo y guardarlo? Si es ropa, por ejemplo, ¿es algo que voy a usar para la vida o solo en épocas especiales y si es en épocas especiales, necesito comprarlo ahora? ¿Es algo que va a mejorar la situación de mi vida en este momento o en el futuro inmediato?
- Cuándo: ¿lo voy a usar a menudo? ¿O es algo que va a quedar escondido en lugares recónditos de la casa y me voy a acordar que lo tengo cuando se me caiga encima?
2- ¿Para qué lo voy a usar?
El “para qué” para mí es una pregunta muy importante. Al final, es el motivo por el cuál compramos algo. Vamos a decir que viste una promoción de un producto que siempre quisiste y está a un precio razonable. Ahora, el quererlo siempre no significa que tenga un “para qué” lo vas a comprar. Es como cuadernos de promoción que están hoy en la papelería cerca de casa. Hay un cuaderno que simplemente lo quiero por su formato, tamaño y tipo de hoja. ¿Para qué? No sé, porque tengo dos millones de cuadernitos. Ahora, el Soda Stream (que hace agua con gas) que quiero comprar desde hace un par de años y suele estar en promoción en esta época, tiene un para qué: en casa nos gusta mucho el agua con gas pero no podemos andar dejando botellas plásticas por el mundo todos los días. Por lo que vi, ese producto ayudaría en eso del descarte y podríamos consumir agua con gas con más frecuencia. No es que no puedas comprarte algo si no existe un “para qué”. Si cabe en tu presupuesto, si es algo que te va a poner contento, adelante. Solo recordá que en general, vas a encontrar promociones siempre y que consumir es muy fácil. Lo que no es fácil muchas veces es entender que no siempre necesitamos realizar ese consumo
3- ¿Me va a faltar?
O también podemos pensar esta pregunta como “¿voy a perder esta oportunidad?”. Muchas veces las promociones son de cosas que usamos diariamente y podemos aprovecharlas; al final, para eso existen las promociones, para darle un alivio a nuestra billetera. Y considerando que los precios son tan maleables como el plástico al fuego, puede que nos falte en el futuro y sí, es una oportunidad a aprovechar. Acá no hay mucha duda. Ahora, una vez vino la vecina a avisarnos que había una promoción de un bolsón de papas (que tenía unos 20 kilos de papas) y la verdad, usábamos 1 kilo por semana como mucho, mi mamá ya compraba papas en buena cantidad para su negocio y no teníamos ganas de enterrarlas y conservarlas en el patio así que sí, tal vez nos faltaría el producto, sí, era una buena oportunidad pero no, el cómo y cuándo no era viable. Pensemos así: si no es algo que vamos a usar, si no es algo que podemos pagar, si no es algo que puedas conservar para tiempos futuros en buen estado y sin que la casa parezca un depósito, entonces puede que te falte en el futuro (no tenemos bola de cristal) y puede que no haya otra oportunidad. Pero vivís en el ahora y ahora tal vez no sea el mejor momento de adquirir ese producto. El “me va a faltar” es un pensamiento cruel porque no se va fácilmente. El “voy a perder esta oportunidad” si resulta que era buena y la perdiste, va a quedarse ahí rondando en tu cabeza. Pero la vida es una lotería y a veces nos toca y a veces no. Pensá en lo que necesitás hoy (y un poquito a futuro pero no tanto). Pensá en lo que querés ahora que va a servirte para construir la vida que querés. Y el “me va a faltar” o “voy a perder esta oportunidad” ya no parece tan grave, ¿no?
Les voy a dar dos ejemplos con los que estoy lidiando o lidié esta semana: por un lado, tengo que renovar el servicio de hospedaje donde tengo “Minimalismo real”. El precio, es un valor alto para nuestro presupuesto. Por otro lado, si uso una promoción Black Friday del mismo servicio, puedo comprar un nuevo servicio de hospedaje por 4 años por prácticamente el mismo valor. Tendría que pasar todo el sitio al nuevo servicio, bajar el backup de los posts y subirlos y rezarle a la Pachamama para que todo quede igual que antes. Y claro, pagar. ¿Voy a peder la oportunidad de hospedar hasta 100 sitios, tener un dominio gratis y servicio de hospedaje por cuatro años? Todavía no sé. Porque el “para qué” está difuso: al final, estoy escribiendo esto en blogger. Es gratis. Es confiable. Por otro lado, tengo un sitio con un proyecto de trabajo en ese mismo servidor y no sé si se puede hacer en Blogger. ¿Pero voy a tener tiempo de seguir con ese proyecto el año que viene? ¿Cuándo y cómo voy a seguir con ese proyecto? El cómo y cuándo también está difuso. Así que probablemente deje pasar la oportunidad y me falte un servicio de hospedaje el año que viene, pero por otro lado, no quiero caer en esa de “me va a faltar” si no tengo claro cómo, cuándo y para qué.
Ahora, había una promoción de jabones hechos con aceites esenciales y vegetales que estoy comprando hace unos meses para las pieles sensibles de esta casa. Estaban mitad de precio. Mitad. Hice la cuenta, usamos 4 por mes porque se derriten fácil (es imposible hacerles entender a los chicos que son caros y me gusta cuando hacen barbas de espuma para mostrar, qué le voy a hacer). Miré el cestito de jabones, está casi vacío. Compré 16 y los pagué en 4 cuotas, es decir, es como si todo mes comprara los jabones como hago pero mucho más barato. Cabe en mi presupuesto así. Cómo, cuándo y para qué los voy a usar está clarísimo. “Me va a faltar” es un hecho porque compro todos los meses; si no compro, no hay. “Voy a perder esta oportunidad” era un no, la voy a aprovechar.
En el último ejemplo no hay mucho para pensar como en el anterior. Pero con estos dos ejemplos tan dispares quiero mostrar que transitar las promociones puede ser un poco más fácil si recordamos cómo, cuándo y para qué vamos a usar lo que queramos adquirir y pensar un poco si el “me va a faltar” y “voy a perder esta oportunidad” valen la pena tu espacio, tu tiempo y tu plata.
Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real.