
Los libros pueden tener múltiples funciones: pueden ser entretener, informar, buscar y encontrar cosas, aprender, etc. No se limitan a ser lo que supuestamente deberían ser: un libro de cocina puede tener miles de recetas y enseñarte a disfrutar del placer de comer en casa. Y así puede (o no) pasar con todos los libros.
En mi casa hay varios libros que describen mi niñez, adolescencia, juventud y mi vida actual. Mi vida se puede conocer a través de los libros. Y, sin embargo, siguen siendo objetos. Cosas que ocupan espacio. Pero, como expliqué antes, para mí son mucho más. Entonces, cuando decidí ordenar mis bibliotecas, tuve que elegir criterios estrictos para elegir lo que se quedó y lo que no.
La mitad de mis libros donada a una institución cercana a casa; otros fueron dados a amigos y familiares que sabía que les gustaría recibir ciertos libros. Era como encontrar un hogar para un animal que buscaba una familia. Así son los libros para mí.
La mejor manera de organizarme para decidir qué quedarme y qué no, fue con la autora de moda Marie Kondo. Aquí hay una lista de cómo ordenar los libros y luego decidir cuáles conservar:
- Libros de ficción.
- Libros de no ficción.
- Libros de texto.
- Libros de idiomas.
- Revistas.
- Historietas.
- Novelas gráficas.
- Libros de música.
- Libros de cocina.
- Libros de viaje.
- Enciclopedias.
- Guías telefónicas.
Así, es mucho más fácil saber qué querés en tu biblioteca y qué no.