
Para cerrar con el concepto de “sustentabilidad minimalista”, veamos el último punto. Solo para recordar, hablamos de:
1- Basura cero discutido la semana anterior.
2- Alimentación sustentable.
3- Y hoy vamos a hablar de materiales más mencionados en los diferentes textos sobre el tema recomendados para usar en nuestro día a día como inox, bambu y vidrio.
Como mencioné varias veces, me encanta la madera. Me encanta el bambú. Si fuera por mí, mi casa sería un refugio guaraní con figuras hechas de madera o una foto de Instagram mostrando cómo sería una casa japonesa. En fin, mi casa no se parece a nada de eso pero sí intento utilizar materiales lo más cercano a lo que me gustaría.
¿Cómo alcanzar la sustentabilidad minimalista teniendo en cuenta el material que usamos en nuestro día a día? Veamos:
1- Ir cambiando de a poco: hoy por hoy todas mis harinas y frutos secos están en frascos de vidrio. A lo largo de meses, elegí comprar miel que venía en frasco, no en potes de plástico. Elegí comprarle un poco más caro 1 kilo de miel a un productor local por mes. Y mis frascos son de ahí, les saqué las etiquetas y ahí están. No todos tenemos esta opción pero podemos ir cambiando de a poco los materiales de casa. Tal vez no podamos obtener 10 frascos (comprarlos ya vacíos o con cosas, no importa) pero podemos ir de a poco, eligiendo una cosita por vez.
2- Al pensar en comprar, incluir el material: con esto me refiero a que si vamos a querer un producto más “natural” entre comillas, probablemente cueste más. No es lo mismo un pote de plástico que un pote de vidrio. Entonces, si sabes que vas a necesitar comprarte un tupper, tal vez puedas esperar un mes más y juntar un poquito más de plata para ese pote de vidrio que puede reemplazar el tupper de plástico. Si es el caso, que puedas esperar y juntar plata, priorizá el material en tu presupuesto.
3- Investigar opciones: una cosa que me sorprendió mucho es cómo se replica sin mucha conciencia ciertas ideas. “Usemos cepillos de dientes de bambú”…pero vienen de China. La huella de carbono es bastante alta hasta llegar a vos, ¿no? ¿Es posible alguna opción local pero más cara tal vez? “Usa vidrio para todo”. Pero con nenes chicos en casa la verdad que no era viable, el plato de plástico era esencial para sobrevivir. “Comprá pañales de tela”. Claro, a vos tal vez en una ciudad te sobra el agua, yo la saco de un pozo, no. (Dicho sea de paso, usábamos las dos opciones, pero la cantidad de agua potable y energía eléctrica que gastábamos, no compensaba y usábamos las dos opciones, tela y descartable). Pero como mujer que se depila, la que más me llama la atención es la insistencia de usar una maquinita de afeitar de inox de la época de tu bisabuelo que la vas a perder en uno o dos años cuando yo hace por lo menos 10 años que me depilo con la misma máquina eléctrica de la Phillip. Diez años con el mismo aparato. Háblame de sustentabilidad y durabilidad para la depilación. Entonces, no te quedes con lo que te venden en un discurso pseudo-ecológico. Quédate con lo que te sirve a largo plazo.
Hay mucha información sobre cómo los materiales nocivos afectan nuestra salud. Mucho de lo que circula en Internet es verdad, mucho no. Seamos cuidadosos en esta cuestión y no nos fanaticemos. Sabemos que el plástico no es el mejor material para guardar la comida pero es fantástico para hacer jeringas descartables (quien creció en los ochenta y se puso inyecciones con la vecina que hervía la jeringa de vidrio, agradece la jeringa descartable. Sí, soy yo). Yo soy de las que usa bolsas de tela para comprar la comida pero supe que objetivamente, termina siendo más viable ecológicamente usar bolsas de plástico que la de tela por el tiempo de uso, formas de producción y degradación que tiene (dejo el enlace de las informaciones sobre el asunto. Aunque claro, sigo con mi bolsita de tela, qué le voy a hacer). En fin, minimalizar lo nocivo a veces requiere más de lo que pensamos. Pero también menos; al final, sabemos que el vidrio es bueno, la madera es buena y tratemos de pensar en algunas de las cosas que usaban nuestros abuelos como parámetro de bienestar (pero no romanicemos ni tratemos como ley sagrada; al final, cuando mi abuela tuvo a mi mamá los médicos hacían propagandas de cigarrillos como algo saludable a consumir…).
Para cerrar con este concepto de sustentabilidad minimalista, creo que lo más importante pasa por reducir el consumo minimalizando aquello que no necesitamos, elegir con conciencia (y cuando andamos por el camino del minimalismo empezamos a enfocarnos en lo importante, así que vamos desarrollando un poco esta cuestión de la concientización) y finalmente, entender que nuestras realidades no son siempre replicables así que elijan lo que quepa en el presupuesto de ustedes y sea fácil de sostener en el tiempo.
Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real.