
El otro día me topé con una pregunta que me dejó pensando: ¿hay un botiquín minimalista? Y si hay, ¿cómo lo conformamos? Y si no me gustan los remedios, ¿qué hago?
Vamos a empezar por el principio: no existe un botiquín minimalista. Existe el botiquín de primeros auxilios cuya lista de cosas podemos encontrar en cualquier sitio del ministerio de salud de nuestro país. Ya vamos a lo que tenés que tener. Lo segundo: no me gustan los remedios, ¿qué hago? Acá hay dos opciones: se te infecta una herida porque no te ponés una pomada antibiotica y la empeorás o tenés una pomada antibiótica y te la ponés. Simple. Aunque sí, hay opciones para otras cuestiones más naturales que también vamos a ver.
Qué tener en el botiquín de primeros auxilios:
- Gasas y vendas limpias (de 7 y 10 cm. de ancho) para limpiar heridas y detener hemorragias.
- Apósitos estériles para limpiar y cubrir heridas abiertas.
- Cinta adhesiva para fijar gasas o vendajes.
- Tijera para cortar gasas y vendas o la ropa de la víctima.
- Antisépticos, yodo povidona, agua oxigenada (de 10 volúmenes) o alcohol para prevenir infecciones.
- Suero fisiológico para limpiar heridas (funciona un jabón neutro también).
- Alcohol en gel y líquido para higienizar las manos.
También se recomiendan guantes pero en casa no tenemos; tenemos en el auto así como máscaras.
Y hasta aquí el botiquín de primeros auxilios. Otra cosa es el botiquín que podemos tener en casa por cuestiones personales. Aquí el resto de cositas que consideramos necesarias:
- Aspirinas y aspirinetas.
- Dipirona pediátrico y para adultos para la fiebre.
- Antigases pediátricos y para adultos.
- Ibuprofeno 600.
- Crema antiinflamatoria.
- Crema para pasapaduras o quemaduras.
- Crema antihistamínica.
- Antialérgicos.
- Remedios recetados (en nuestro caso, levotiroxina y un remedio hormonal).
- Termómetro.
Como en casa tampoco somos ávidos consumidores de remedios, tenemos un botiquín separado con remedios fitoterápicos para ocasiones como golpes, picaduras, etc:
- Pasiflora para bajar la ansiedad.
- Caléndula para quemaduras y aceite de lavanda (aunque soy honesta, siempre es una segunda opción después de la crema para quemaduras).
- Arnica para golpes.
- Tintura de diente de león para el hígado después de alguna comilona o que algo haya caído mal.
- Tintura de manzanilla también para el dolor de panza.
- Propóleo (de uso diario, ponemos unas gotas en todo, para reforzar el sistema inmunológico).
- Aceite esencial de malaleuca (también conocido como tea tree) para granitos y cascaritas que se salieron.
- Aceite esencial de menta y eucalipto que funcionan como un maravilloso Vick VapoRub.
Para ser sincera, nuestro botiquín natural tiene más cosas pero yo soy de las que usan terapias alternativas como eso, alternativas. Si veo pus, nada de hacerme la naturalista con mis hijos o conmigo, va crema antibiótica. Pero sí considero que hay ciertos momentos en los que no hace falta acudir a la farmacia sino a las recetas de la abuela como con un golpe en la pierna o una indigestión.
La semana que viene hablamos del botiquín natural como un apoyo al botiquín primario.